lunes, 22 de marzo de 2010

Felicitando a Obama




Escribo desde la ciudad condal, Barcelona. Estamos aquí para inaugurar un laboratorio que según Montilla elevará Catalunya y por ende a España en la cúspide de la microbiología molecular.

Pero este no es el tema que me ocupa. El motivo de mi post es la victoria de Obama en nuestra reforma sanitaria. Digo nuestra ya que desde Moncloa hemos vivido el proceso como si se desarrollase en nuestro país. De hecho esta mañana mientras viajábamos a Barcelona, José Luis me ha pedido que llamase a la Casa Blanca para felicitar personalmente al presidente.
Como notarán, para ser conserje tengo atribuidas funciones de un nivel más elevado.
El caso es que me he puesto en contacto con Katie Johnson, secretaria personal del despacho oval. Mi inglés es muy básico y me ha costado explicarle que llamaba de parte del primer ministro español con el fin de felicitar a Obama por su éxito. José Luis estaba inquieto ante la tardanza. Después de unos diez minutos un tal David se ha puesto al teléfono y nos ha comunicado que el presidente agradecía nuestra interés. Tras la breve conversación ha colgado el teléfono argumentando que tenía una reunión bastante urgente.

La ministra Garmendia, que nos acompaña en el viaje, ha soltado unos comentarios jocosos que sospecho no han caído muy bien a José. Un silencio sepulcral se ha apropiado del coche durante al menos media hora. A la altura de Zaragoza, el presidente me ha pedido el teléfono con una expresión algo contrariada. En principio me he sentido confuso pero se ha incorporado y en su cara he adivinado impaciencia.

La conversación con la secretaria norteamericana ha sido bastante breve, José se ha mostrado molesto por no ser atendido por el presidente americano y le ha recordado su implicación en las bases de la reforma. No se si ha sido por el inglés del presidente o por sus palabras pero a través del teléfono ha retumbado una larga carcajada. Este hecho ha molestado sobremanera a Zapatero que le ha colgado bastante irritado.

Durante el viaje ha llamado Montilla para consultar unos detalles y el presidente ha contestado con desgana. La guinda del pastel se ha coronado cuando Montilla ha pensado que estaba molesto con él y ha empezado a discutir sobre si José Luis menospreciaba Catalunya. La ministra Garmendia ha empezado a reirse y Zapatero tapando el teléfono le ha ordenado callarse de inmediato.
Una vez que hemos llegado a Barcelona, José Luis me ha comentado que necesitaba utilizar un fax antes de que dé comienzo al inauguración del laboratorio a las 16:40. Seguiré informando...